Macri anunció el “primer aborto legal” de la Ciudad


Anticipó que se practicará el martes. Qué dijo sobre el veto al protocolo de la Legislatura
05/10/12 - 11:01
En una cena organizada anoche por Consenso Republicano, que dirige el ex presidente de La Rural, Guillermo Alchourón, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, respondió a una pregunta acerca de si iba a vetar la flamante ley sobre el aborto no punible de la Ciudad. Deslizó "soy el jefe del veto", sin pronunciarse específicamente, y luego sorprendió: "Les quiero contar que el próximo martes se hace el primer aborto legal en la ciudad de Buenos Aires. Es una mujer de 32 años en un caso que pasó por todas las instancias legales".
En su voz había cierto orgullo, pese a que una parte del auditorio lo reprobaba. Había una masiva asistencia y en una de las mesas, Laura Alonso, legisladora del PRO, defendía la posibilidad de que una chica de 14 años pueda realizarse un aborto sin la autorización de sus padres, como lo estableció la Legislatura. "La gran mayoría de los casos a esa edad son violaciones intrafamiliares ejercidas por el padre o el padrastro y muchas veces las madres son cómplices del victimario en esas situaciones siniestras", dijo.
El debate por el veto o la promulgación de Macri del protocolo que aprobó la Legislatura el 28 de septiembre está encendido. Ayer se publicó en el diario Tiempo Argentino una solicitada con más de mil firmas pertenecientes a un amplio abanico de partidos políticos, movimientos sociales, referentes de la cultura y del espectáculo, periodistas de renombre y académicos, tanto kirchneristas como de sectores de la oposición al Gobierno nacional, para pedirle que no lo vete. Entre las firmas figuran las de Víctor Hugo Morales, Jorge Lanata, Ricardo Forster, Beatriz Sarlo, Osvaldo Bayer, Martín Caparrós, los tres senadores por la Ciudad (María Eugenia Estenssoro, Samuel Cabanchick y Daniel Filmus), Cecila Roth, Mercedes Morán, Celeste Cid, Fito Páez, Ernesto Tenembaum, Hebe de Bonafini, Marcelo Zlotowiazda, Sandra Russo, Juan Pablo Feinmann y Florencia Peña. En tanto, sectores católicos y evangélicos como el Centro Católico de Bioética y Evangélicos por la Vida, entre otras ONG, le reclamaron lo contrario: que ejerza "la prerrogativa constitucional del veto, esta vez en defensa de la vida de muchas personas".
La ley que regula el aborto no punible es menos restrictiva que el protocolo vigente, firmado por el Ministerio de Salud, que establece un plazo de 12 semanas de gestación para la realización de la práctica y se alinea con el histórico fallo de marzo pasado de la Corte Suprema de Justicia. La ley también permite que las mayores de 14 años puedan solicitar el aborto sin la autorización paterna.


¿Qué podemos decir en cuanto a esto? Desde un punto de vista simplista, pareciera que existen sólo dos tipos de personas: Las que están contra el aborto y las que no. Pareciera que existen sólo dos tipos de opiniones sobre el aborto: las que están a favor y las que están en contra. Pocos temas pueden causar reacciones tan extremas como este. Abortar es, además de una palabra que hace entrar en conflicto a la sociedad en nuestro tiempo, un hecho presente y doloroso entre nuestra juventud.

¿Es verdad que los únicos casos de embarazo en adolescentes son causa de “violaciones intrafamiliares ejercidas por el padre o el padrastro y muchas veces las madres son cómplices del victimario en esas situaciones siniestras”, como dice la legisladora Alonso? ¿Es esa una causa para legalizar que las adolescentes pueden solicitar un aborto sin autorización paterna?
La ley aprobada por la Legislatura de la Ciudad que establece un "procedimiento para la atención integral de los abortos no punibles", además de incurrir en la debilidad de haber cedido a la indebida presión del fallo de la Corte Suprema -que excedió sus competencias al exhortar a los poderes públicos a aprobar protocolos abortistas-, adolece de graves fallas de inconstitucionalidad, entre otros motivos, por el hecho de modificar ilegítimamente el contenido de la norma penal -de más que dudosa vigencia- que declara no punibles los abortos practicados en determinadas condiciones, ya que una modificación de esa naturaleza sólo corresponde al Congreso. Ello, además de transgredir determinadas normas incluidas en la Constitución, como son, entre otras, las que resultan de determinadas declaraciones y tratados internacionales que tienen vigencia y que protegen la vida humana desde la concepción, que constituye un derecho inviolable.
La gravedad de la disposición sancionada se ahonda, no bien se advierte que la ley permite que desde los catorce años la mujer puede, con la sola manifestación de haber sido violada, y sin darle intervención a sus padres, requerir que se le practique un acto de la gravedad del aborto, dejando así de lado los derechos que les asiste a éstos con fundamento en el instituto de la patria potestad, contenido en una ley de carácter nacional -como es el Código Civil-, que no puede ser modificada por una ley local.

Es sabido que cada vez más temprano las adolescentes inician su vida sexual, lo que en muchos casos ocasiona embarazos no deseados en chicas muy jóvenes, que, una vez embarazadas, no saben qué decisión tomar al respecto. Esto no sucede por ignorar que sin la debida protección puede suceder, sino porque está presente la idea de que a uno no le va a pasar. Pero, una vez embarazada, se presenta el dilema de tener su hijo o suspender el embarazo; en muchos casos ocultándolo a sus padres y aconsejadas por otras chicas de su edad toman la peor decisión, con el riesgo que ello implica.
Sin embargo, el “problema” de la joven embarazada no termina una vez que se interrumpe el embarazo. Quedan en ella sensaciones de vacío personal, sentimientos de culpa y deseos maternales frustrados que pueden precipitarlas desde un estrés post-traumático hasta un conflicto de personalidad mayor.
El problema es serio, y no solo se trata de despenalizar o no el aborto, sino también de educar a las adolescentes para que no lleguen a esa situación y, si es que sucede, brindarles  las condiciones adecuadas para que siempre opten por la vida.

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