Soluciones fáciles


¿Qué es la madurez? El Diccionario de la Real Academia Española define el término como “buen juicio o prudencia, sensatez”. Por contraposición, una persona inmadura es aquella que carece de estas virtudes: juzga equivocadamente, es imprudente e insensata.
Uno de los grandes problemas que está viviendo nuestra sociedad es la prolongación de la adolescencia; según sostienen los especialistas, hoy puede llegar hasta los treinta y dos años. Este negarse a crecer conduce directamente al error, porque a medida que se avanza en la vida, los problemas y conflictos se van complejizando. Esto produce que las decisiones también sean más complejas:la elección de una carrera, el manejo de las relaciones interpersonales y la planificación familiar son tareas que demandan madurez. Entre estas cuestiones, también se encuentra la de cómo manejar la vida sexual. Muchas veces, el embarazo adolescente es consecuencia de la falta de buen juicio en el ejercicio de la sexualidad.
Una adolescente que desea abortar es un fiel reflejo de lo que nuestra sociedad propone: vivir el hoy y no hacerse cargo de las decisiones. Pero además, parecería que la interrupción artificial del embarazo es el único camino para solucionar el problema generado por decisiones equivocadas. Cuando uno no se hace cargo de sus elecciones, está desligándose también de la consecuencia de sus actos.
El aborto es la decisión de una persona que actúa con inmadurez dos veces: la primera, cuando no mide las consecuencias de su conducta sexual; la segunda, cuando decide no hacerse responsable de sus actos y opta por la solución en apariencia más rápida. Vale aclarar que no solo nos referimos a la actitud de la mujer, sino también la del varón que apoya o determina, aun contra el deseo de su pareja, que la mejor solución es la interrupción del embarazo.
El aborto es un tema que afecta en un mayor porcentaje a la juventud que a otras franjas etarias. Sin embargo, no pasa por la edad de las personas, sino por la madurez y el grado de responsabilidad que están dispuestas a asumir.
La actitud de nuestra sociedad encaja perfectamente en la definición que nos brinda el Diccionario de la RAE sobre la inmadurez. Cuando la imprudencia y la falta de buen juicio prevalecen sobre la noción de responsabilidad, comienza a pensarse que la legalización del aborto es un avance. Sin embargo, no hay posibilidad de crecimiento cuando se diluye la responsabilidad al permitir que el individuo se desligue de la consecuencia de sus actos. Porque las soluciones fáciles son tramposas: a la larga, ni son tan fáciles, ni son soluciones.

Autor: Lionel Montoya

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